Trono de Nuestro Padre Jesús de Pasión Cautivo
Canastilla y respiraderos obra de Manuel Guzmán Fernández.
Candelabros de Nicolás Prados López
Trono de Nuestro Señor en su Tercera Caída
Canastilla obra de Manuel Guzmán Bejarano
Respiraderos obra de Manuel Guzmán Fernández
Faldones bordados por María Luisa Pérez Romera
Paso del Cristo de la Sangre
Obra de Nicolás Prados López
Brazos de luz de complicada y bella traza en bronce dorado, superficies de caoba en superposiciones y planos conjuntados con habilidad, oportunísimos golpes de hojarasca tallada con morbidez y suavidad que no excluyen la potencia, oro y pardo de la caoba, únicos elementos de policromía empleados, armonizados en bellísimo acorde binario, cada una de estas cosas y modalidades elevan el mérito de obra tan sugestiva.
Pero mucho más importante que la parte decorativa es la escultórica. Los ángeles que flanquean el lugar del Cristo en superficies lisas y vigorosamente recortadas pasa de la mayor sensación posible de lo estricto. Los cuatro querubines de las esquinas, de modelado mucho más blando y de expresión apenada, aún son graciosas muestras de muy acertada plástica.
Pero lo más importante de lo figurativo en tan solemne obra, lo constituyen los relieves que centran las cuatro caras del trono, con escenas de la Pasión de Cristo y a derecha e izquierda de ellas, llorones inspirados en los de las tumbas de los duques de Borgoña, en Dijon , por Claus Sluter, Claus de Werwe, Le Morturier y el aragonés Juan de la Huerta. Las composiciones pasioneras, de recia factura, en bronce fundido a la cera, son síntoma de grande y original escultor. No obstante sus dimensiones y lo escaso de su relieve, quizá por merced de su robusta y firme técnica, dan sensación de más ampliado tamaño.
Obra en la que se aúnan y besan artesanía, decoración y arte en el más excelso de sus géneros, el religioso, constituye magnífico ejemplo de generosidad, esplendidez y magnificencia en estos tiempos de despilfarro en lo profano, de estrechez y tacañería en lo religioso. Muchos aún venderían la esencia de espiga de nardo antes de derramarla a los pies del Señor de todas las cosas.
Marino Antequera
23/03/1967
Paso de San Juan
Obra de Manuel Guzmán Bejarano. Antiguo paso de El Cachorro de Sevilla
Paso de la Virgen de las Angustias
Obra de Nicolás Prados López